Quiero que persigas mis labios bajo la lluvia, que atravieses la noche buscando mis brazos, quiero  que me necesites para saciar sus antojos, quiero que me desees como agua en el desierto.

Quiéreme con todo y con nada al mismo tiempo. No le hagas caso a mis labios, a mis ojos, a mi voz, a mis manías. El tiempo no se estanca y yo voy a envejecer. Enamórate de mi tristeza, amor, que con esa cargaré hasta el día de mi muerte.

Soy responsable de todo lo que elijo y por lo tanto absolutamente responsable de todo lo que hago y de todo lo que digo. Y sin embargo no soy responsable de lo que siento. Porque esto que siento no lo elijo yo, porque no hay nada que yo pueda hacer para sentir algo diferente de lo que siento.

Estaré ausente por algunos días, o tal vez semanas, no descarto que podrían ser un par de meses; de algo estoy segura, no será por siempre, nada es eterno, simplemente tengo que encontrarme pero para tal hecho, tengo que perderme primero, deshacerme, transformarme y fundirme con lo que me rodea. Sólo de ese modo podré ser lo que era antes y volveré con más fuerza y un poco más de valentía; con la que me faltaba, con la que había perdido y tal vez con la que me tope en el trayecto.